Creatividad en niños: Cuatro claves para fomentarla

La creatividad es una de las herramientas esenciales para impulsar el desarrollo individual y social. Es la que nos ha permitido avanzar, salir de nuestras zonas de seguridad y comodidad para poder avanzar. Sin ella, no solo no habría este avance, sino que tampoco podríamos conectar con emociones positivas como el orgullo, la admiración o la alegría. Se relaciona con el bienestar y el uso de la inteligencia y es necesario su uso prácticamente a diario.

Los niños son los que más usan la creatividad, tanto en el juego como en sus relaciones o en el colegio. Les hace sentir bien, aumenta su rendimiento y aprenden a valorarse y crecer con los errores. Una fortaleza indispensable para su desarrollo pero que corre el peligro de caer en el olvido a medida que crecen. Como padres, es nuestro deber en casa seguir reforzándola.

Más felices

La educación que reciben los más pequeños, el uso de normas en el colegio y en casa o las exigencias académicas hacen que lleguen a interiorizar patrones mentales rígidos y firmes. Su inteligencia se aplica en aspectos teóricos y con necesidad de utilidad. La parte libre que da la creatividad o el poder expresarse sin límites podría compensar esa rigidez, especialmente si lo hacemos en casa, balanceando lo que en el colegio se les pide. Podemos aplicar diversas técnicas que fomenten su lado creativo, que les haga sentirse orgullosos de su trabajo y con lo que puedan ver que no todo es seriedad, normas cerradas o puntuaciones en exámenes.

Las fortalezas personales de cada niño necesitan ser trabajadas y ejercitadas, ayudándoles al principio como padres para que obtengan las herramientas necesarias para el futuro. Esto incluye aplicar la creatividad, usarla no solo cuando son muy pequeños sino también a medida que crecen. Las siguientes claves van dirigidas a ello:

1. No hay límites

Confundimos creatividad con dejar que pinten en un folio. Sin embargo, eso ya implica matar la libertad. Se les debe proporcionar unos materiales para usar de forma muy amplía y permitir que escojan lo que ellos necesiten. Usar pigmentos alimenticios, hojas del parque o revistas viejas les ayuda a expresarse mejor. Esto puede resultar al principio demasiado caótico o sucio, pero ellos disfrutan mucho más y aprenden a estimular la parte creativa de su cerebro. La creatividad tiene que tender a la ausencia de normas.

2. No hay juicio

Absolutamente todo lo que ellos hagan, debe ser aplaudido y reforzado. No debemos hacer comentarios sobre cosas a mejorar o alternativas para hacerlo. Lo que se haya hecho, si se ha disfrutado, está bien hecho. No importa el nivel de cuidado o pulcritud mientras sea creativo. El juicio materno o paterno los niños lo acaban interiorizando y de adolescentes y adultos se criticarán con dureza.

3. Sí hay tecnología

Aún nos resistimos al uso de las nuevas tecnologías con los más pequeños. Lejos de bloquear su inteligencia o su creatividad, realmente llegan a estimularla. Los límites sobre el uso o el tiempo dedicado sí deben ser claros, pero no prohibirse o limitarse a los fines de semana. Los niños ya son nativos digitales y su cerebro se orienta a usar un ordenador para seguir creciendo y desarrollándose.

4. Hay que compartir

La creatividad en soledad puede llegar a ser muy monótona en niños. Necesitan un acompañamiento y un refuerzo y pueden buscarlo en nosotros. No solo hay que reforzar lo que hagan, sino que debemos implicarnos, colaborar y compartir esos momentos con ellos. También nos hará a nosotros ser más creativos.

La creatividad es la habilidad que toda persona tiene de usar su imaginación para crear algo, no solo en el plano artístico pero sí desde buscar un enfoque diferente. En los niños parece estar más potenciado, corriendo el riesgo de perderse a medida que crecen. Por eso, es una de las fortalezas que más debe trabajarse a lo largo de toda nuestra vida, una forma óptima de desarrollar mejor nuestras emociones positivas.

* Ángel Rull, psicólogo.

Fuente:

El Periódico

 

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